Es frecuente solicitar clases de refuerzo de una materia concreta cuando el rendimiento del alumno no es el esperado, sin embargo no siempre se obtiene éxito. Cuando esto ocurre es posible que no estemos atendiendo los verdaderos motivos que están desencadenando el bajo rendimiento escolar.
De ahí la importancia de realizar una evaluación cuidadosa para poder prestar la ayuda más adecuada a las necesidades que presenta el alumno.
Ambas opciones, clases de refuerzo o apoyo psicopedagógico serán válidas dependiendo de las necesidades que precise el alumno.
Si queremos mejorar el rendimiento en una materia concreta, y ya existe un buen hábito de estudio, buen nivel de motivación, y no se detecta ninguna dificultad en el aprendizaje, ni otro problema a nivel emocional o de conducta, puede ser suficiente si planteamos un refuerzo escolar, impartido habitualmente por un maestro o profesor. Sin embargo, cuando se observa que no existe un buen hábito de trabajo, un bajo rendimiento de varias asignaturas, u otras dificultades, es conveniente un apoyo más especializado, como el psicopedagógico.
El apoyo psicopedagógico es por tanto, una intervención más completa que atiende también factores emocionales y conductuales. Ayuda a mejorar la autoestima del alumno, su motivación, fomenta un hábito adecuado de trabajo, proporciona asesoramiento a madres y padres, y es llevada a cabo habitualmente por psicólogos o psipedagogos.
A continuación facilitamos algunas señales que pueden indicar que el alumno necesita un apoyo más especializado, psicopedagógico o psicológico:
- Ha asistido a clases particulares pero no ha mejorado.
- Presenta bajo rendimiento escolar en varias asignaturas.
- Le cuesta mucho comprender lo que lee.
- Le cuesta mucho aprender matemáticas, inglés, u otra materia.
- Se esfuerza mucho y no consigue resultados.
- Le cuesta ponerse a estudiar.
- Parece que está en las nubes, no presta atención.
- Se agobia mucho cuando tiene exámenes.
- No sabe organizarse ni planificarse.
- No sabe cómo estudiar.
- Estudia todo de memoria, sin comprender lo que lee.
- Está desanimado, no tiene ganas de estudiar.
- Está triste o malhumorado.
- Se aburre cuando estudia.
- Su rendimiento académico es bajo pero se desconocen los motivos.
- Hay conflictos en casa por algunos comportamientos.
- Tutores informan de alguna anomalía a nivel de aprendizaje y/o comportamiento en el aula.
Si detecta algunas de estas señales, recomendamos solicitar ayuda a un profesional especializado para que pueda hacer una valoración e intervención eficaz. Si desea puede contactar con nosotros y le asesoramos sin compromiso.
GET Centro de Psicología Córdoba
Psicóloga Amparo Moreno